En ‘Teoria y Practica Sobre Un Bandolerismo Híbrido’, la artista Guido Ignatti nos regala otra vez un ejemplo de por qué un ejercicio de crítica como Sauna Art Magazine es un gran error que sólo pude entenderse como un grupo de artistas fracasados tratando de crear una audiencia (ellos mismo) como para no desaparecer de la faz de la tierra. Ademas de esto, esta reseña de la muestra de Franco Vico & Co (Fundación Bairoletto) en el Faena Arts Center nos da mas elementos para el análisis de como se construye la opinión. Recordemos lo dicho hasta ahora sobre la muestra. El primero en hablar fui yo y esto ocurrió mientras ocurría el montaje de la misma. Elegí ese momento porque, en mi humilde opinión, el eje del concepto de esa obra conceptualista no era la innecesaria (y profundamente contraproducente) muestra de los veinticinco malpagaos sino el momento de la repartija a quien Vico decidiera. Luego, Alicia de Arteaga (‘La Chorra Paqueta’) hizo uno de sus hibridas columnas en donde, basicamente, lo que le entretenía era que la muestra fuera un sabado a las cinco porque seguramente queria dormir la siesta en lugar de ir ahi. Luego Copito Martinez Quijano escribió un artículo muy interesante pero que termina monumentalizando a Vico sin analizar las consecuencias de las contradicciones mismas que ella estaba poniendo a un lado para monumentalizarlo. Ahora tenemos a Sauna…
La artista Ignatti es insegura y pomposa por donde se la mire. El titulo del articulo es estupido pues el robo es una de esas cosas que no tiene teoria sino pura práctica. La estructuración de su ‘pensamiento’ en ‘puntos numerados’ es de tan pretenciosa, simpática. Luego viene el texto que en su primer párrafo demuestra que Ignatti no sólo me lee sino que tambien desea. Esa señorita vino a mi casa en Londres a explicarme por qué yo tenía que dejar de decir lo que dice aca: ‘Argentina sostiene un sistema artístico excesivamente endogámico -porque si fuera solo un poco no se notaría tanto- en el que los hijos retrasados de tan incestuosa relación, ahora se están emancipando y haciendo estragos en las instituciones, con lo que conocemos como arte y con lo que nos queda por conocer sobre él. Nepotismo y tráfico de influencias son palabras frecuentes en la boca de los consternados que miran pasar de largo las escuetas cucardas y la, mucho más escueta, gloria’. Convertido al Cañetismo, Ignatti avanza pero mucho más no puede. A saber…
Alli Ignatti dice lo siguiente: ‘El arquetipo del tipo rico ladrón de guantes blancos es el fantasma que ronda en Puerto Madero, y al que Vico apela para luego desentenderse. Cuestiona lo que luego festeja. La responsabilidad era esencial para que la acción sea premiable. La trama histórico-social del bandolero es de una extrema dureza y rusticidad, imposible de abordar superficialmente a menos que se trate de una fiesta de disfraces’. Aquí lo que Ignatti demuestra nuevamente es su total y absoluta falta de inteligencia y consecuentemente, sentido del humor. Algo que nunca entenderia es que entre la ‘responsabilidad esencial’ que él , por alguna razòn atribuye a Vico, y ‘la fiesta de disfraces’ no hay nada. Es decir, entre ‘praxis revolucionaria’ y ‘parodia contra-revolucionaria’ (para usar los terminos marxistas que este boludo quiere usar pero no le salen) no hay nada. Ignatti claramente no entiende figuras retóricas más refinadas como la ironía en donde una cosa quiere decir otra y viceversa. Allí la verdad se esconde en còdigos. Si se me pregunta, yo creo que si hay algo que Vico hizo bien y fue esa danza de tomar el te con el lavador de dinero mientras le sacaba la guita y lo criticaba. En otras palabras, el eje del ataque de Ignatti es, en verdad, lo que hace que Vico salga bien parado de este desastre. Pobre Ignatti, es tan pero tan boludo…perdón…boluda. Just a thought.
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