Hemos venido discutiendo extensivamente el simulacro de la ‘elite cultural’ (arte, fashion, sociales, etc) que construye identidad mediante el desplazamiento de sentido de su propio rol.
En el post anterior vemos como el Federalismo, el poder central, el poder de la intenta de de Rosario (por dar un ejemplo), de los sindicatos y de los ciudadanos se desvanece en el momento de su formulacion.
Ahora miremos hacia adentro de la familia argentina. En este video, la nieta (de 16 años) le dice a la abuela que está embarazada. Es mentira pero la reacción de la abuela no lo es. Yo sé que ir más allá del ejemplo en particular sería exagerado, pero puedo ver, al menos en la violencia de la culpa y en la transmision de la vida en codigo de tragedia, algo de la reaccion de mi mama cuando le dije que era gay o la reaccion de los padres de amigos mios cuando le dijeron que se iban del pais o, en definitiva, que querian crecer.
Ahora bien, me gustaria volver a aquellas discusiones sobre por qué no se renueva la sangre y se lo ve a Wally Diamante prendido de una patetica y sobre-medicada Susana Gimenez o por que, se le da bola a la nieta de Mirtha, casi como si en esa atencion se prolongara la vida de semejante mostra. Creo que es interesante abrir el foco para ver a la sociedad mas organicamente.
No hay mucha diferencia tampoco entre la abuela que no es abuela, la reina de la Vendimia fea que es reina por ser Kirchnerista y el paro de taxistas que no es paro en Rosario. Lo interesante del video adjunto a este post es que hasta el video, es decir, lo que hace transformar a la abuela de Rocio en un simulacro es un simulacro. Para pensar, verdad? Just a thought.
