NUESTRO GIRONDO DICE:
‘El riesgo de ser un hijo de…
La igualdad material no deja de ser un sueño impulsado por la misma lógica económica de dominación. bajo esta lógica se promovió un pseudo paraíso en la tierra, donde se superasen las desigualdades históricas, políticas y económicas, aspectos ya condensado en pensamientos postmodernos como el de Fukuyama que reinvindicó el liberalismo arropado en la tan vituperiada democracia. Hoy en las sociedades democráticas, la lección de todo estas “meta-utopías” es lo que vivimos actualmente, mas deseos de posesión, menos recursos de consecución.
De esto pienso que el problema a más de ser un error de interpretación conceptual es un error en cuanto a la participación. Veo alrededor y reconozco que no hay igualdad bajo ningún estatuto en la democracia, menos en la política, entonces yo me pregunto, bajo qué concepto los políticos se deberían de hacer cargo de un problema que involucra no a las estructuras que conforman un estado, sino al núcleo de esta, es decir a la familia? Y cuando digo familia no hablo de la institución social per se, sino del núcleo afectivo de los individuos. Del amor que uno recibe de sus seres queridos, o en su ausencia de lo que uno busca para crearse un círculo afectivo.
Ahora bien, querer el bienestar de los que uno ama es natural, mas agrandar nuestro circulo afectivo es trascenderse a si mismo, es abrirse a conocer un gran amor y ese es un trabajo de realización social.
Esa realización nos cuesta bastante, tenemos profundamente incrustada una estructura familiera, de protección y entrega limitados, que a la larga produce “Hijos de”, que cultiva esta patología social. si la política argentina y mundial, está oxidada es porque nuestra participación también lo está.
Yo creo en el amor como la semilla de una sociedad que no busca la igualdad, porque al igual que el amor verdadero, se da, no compara, entrega según su posibilidad. En el amor grande No intento ser democrático, si ser participativo.’
