En diálogo con Mañana Sylvestre, el secretario de Cultura denunció un “plan de desprestigio” de la políticas culturales que lleva adelante el Estado, y dijo que “la primera falacia es que solamente contratamos artistas amigos”. Coscia defendió el cachet acordado con el músico Fito Páez, y explicó que de ese contrato “casi la mitad vuelve al Estado a través de los impuestos”. Bueno, supongo que esto es igual para cualquier ciudadano por lo cual no se entiende la aclaración.
En términos claramente Kirchneristas y maniqueos, los cuestiones orientados a cierto control de los actos de gobierno es convertido por el actual Secretario de Cultura en lo que él llama ‘una verdadera avanzada, una ofensiva contra las políticas culturales de este gobierno. Empezaron con Fito Páez, con los artistas contratados por el gobierno, con los subsidiados. Forman parte de un mismo plan de desprestigio, de lo que es sin duda una política muy exitosa”, consideró el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia.
Los problemas que surgen acá son dos. En primer lugar, la continuada visión de la política cultural como ‘organizaciòn de espectáculos para las masas’. Esto, desde ya, no es sólo un problema del gobierno de Cristina sino que empieza con Pacho O’Donnell y sus recitales en la 9 de Julio y luego siguió con Dario Lopérfido y Cecilia Felgueras que es cuando se convirtieron en política de Estado. Estos dos ultimos entendían la política cultural como intermediación entre el área de gobierno y los artistas. El gobierno de Kirchner en lugar de corregir el error radical lo agravó transformando toda su acción de política cultural en recitales para las masas.
Luego está el problema de a quien se contrata. Al respecto Coscia dice: “La primera falacia es que solamente contratamos artistas amigos. El Estado argentino es uno de los principales generadores de trabajo para lo que es el mundo del arte de la música popular, como ocurre con el mundo de la música clásica por mantenemos los elencos estables, como la Ciudad hace lo mismo con el Teatro Colón”, dijo el funcionario. En este punto yo me quedé helado. Que el Secretario de Cultura acepte que con un presupuesto de àrea tan pequeño, el Estado Argentino absorbe el mercado cultural traslada la discusión de una suerte de utilización ‘proselitista’ del aparato del Estado através de la cultura (como era el caso de Loperfido) a un reemplazo del mercado cultural y esto es muy grave y potencialmente dictatorial (al menos, en materia cultural).
El secretario de Cultura se refirió a la polémica por el cachet cobrado por el músico Fito Páez, con el que se suscribió un acuerdo por $2 millones para realizar 5 shows. La verdad no sé ni me importa pero me da la impresión que con el estado de precariedad de los museos nacionales y la acefalía del Museo Nacional de Bellas Artes, hay algunas prioridades con las que usar dichas cifras.
Luego en Radio Del Plata, Coscia insistió que “hay una campaña, y hay artistas que tienen miedo a actuar en espectáculos del Gobierno, porque trabajar para el Gobierno significa la pérdida de otros espacios, y sobre todo por una campaña de desprestigio como la que está viviendo Fito”. Señor Coscia, son las reglas de juego. Si el Estado interviene en el mercado cultural el efecto es su politización. Usted es el culpable de que la cultura se esté debatendo en estos términos. Abra el juego! Descentralice a los municipios la producción de espectáculos y deje que las comunas contraten los artistas que quieren con fondos girados por la Nación.
NO SEAS GORDO FEO, SUBSCRIBITE AL BLOG
