Hace un par de día, este blog se hizo eco de los desesperados intentos de la Casa Legrand de no desaparecer tras la, más o menos, inminente muerte de su creadora, la Sra. Mirtha Legrand de Tinayre. Ya habíamos sido testigos del fallido desembarco de Juanita Viale como reemplazante de su abuela. Lo que rápidamente quedó en evidencia fue que una linda cara sobre un buen equipito de Evangelina Bomparola no hacen al sustituto de la Barbara Walters argentina. Dialogar con Juanita durante más de quince minutos puede ser muy aburrido. El problema de estos jóvenes es que su razón de ser es ‘la herencia’ por lo que, al fin de cuentas, no pueden hablar de otra cosa que de eso. Sin más, dicha cuestión atravesó todas las ‘conversaciones’ del programa en las que un invitado tras otro trataban de convencerla de que la ley de gravedad no hace a las manzanas caer de los arboles. Si bien aclaró que el sillón le queda (metafòrica y literalmente) grande, no tardó en contarnos que había estado con su padre en Starbucks llorando durante horas por los nervios que dicho reemplazo le producía. En realidad, apenas dijo que había estado llorando yo pensé que iba a hacer referencia al dolor que una intervención quirúrgica a los casi 90 años le produciría a su abuela pero no… el problema era la herencia que, aparentemente, viene en cuotas (‘la vieja no termina de morirse’) y condicionada (despues de todo, el publico es el que decide).
Nacho Viale no tiene ni la belleza misteriosa ni la elegancia de su hermana. Nachito tiene pinta de buen pibe y se caracteriza por no saber hacer nada. Digo esto porque el productor de un programa de TV es generalmente una mezcla de secretario privado e inversionista. Si tenemos en cuenta que la plata del programa de Mirtha no la pone él, su rol es más bien el de asistente de su abuela con cargo ejecutivo y no mucho más que eso. Nacho y su hermana entendieron hace rato que tienen que reemplazar la falta de talento por la promesa de un glamour que solo debe mostrarse en fotos instantáneas ya que una exposición más prolongadas (como fue el caso de Juanita) pondría en evidencia todas las carencias. Esto significa que en materia de imágen su valor agregado tiene que ser algo que no implique interacción con los espectadores pero, y esto es lo complicado, que, al mismo tiempo, garantice la suspensión del descreimiento que uno puede lograr en el cine o en el teatro. Es decir, si Nacho no sabe hacer nada, esto no se tiene que notar. Desde ya, el único lugar en el que esto se puede lograr, sin mayores problemas, es la revista Hola! o Caras en donde una foto sin producción y sin posar puede pasar como el vértice de una historia que no se cuenta sino que se sugiere y es, potencialmente, la culminación de todo lo fabuloso. Veamos…
La tapa muestra a dos personas. Un hombre y una mujer. El centro está ocupado por Nacho (y no Ignacio) Viale quien, cual árabe en las calles de Damasco, camina al frente de una mujer que se tapa. El texto de la izquierda nos cuenta que es Candelaria (y no Cande) Tinelli. Es como si la jerarquía ‘primero Legrand, luego Tinelli’ de la imágen fuese equilibrada por el texto que posiciona a los Tinelli en primer lugar no sólo dándole dos lineas de texto sino también transformando a la niña (Cande) en mujer (Candelaria). De hecho, se decidió incluir el nombre de Mirtha Legrand dos lineas debajo de ‘Nacho Viale’ para recordarle a aquellos desinformados de quién estamos hablando. Con esto queda claro que, al menos en materia de tapa de Hola!, la que tiene sangre real es Tinelli y Nacho actúa como un noble de segunda categoría. Es, a este nivel, en donde los Legrand no ganan con esta imágen.
La sangre ‘real’ de Cande Tinelli queda confirmada al buscar esconderse de la cámara ya que este tipo de fotos adquieren eficacia cuando simulan sorpresa y en lo posible, verguenza. Este tipo de foto para ser efectiva tiene que sugerir un pecado. En otras palabras, el origen de este tipo de foto se remonta a las capturas infraganti de famosos metiéndole los cuernos a sus parejas como era el caso de Siena Miller y Daniel Craig a la salida del Groucho Club de Londres mientras la Miller todavía estaba en pareja con Jude Law. A falta de ese tipo de ‘ilegalidad’, el texto debe reforzar lo infantil de la relación al punto de aclarar que la abuela de Nacho ‘dió el visto bueno’. Esto, nuevamente fortalece la posición de los Tinelli ya que la pareja se articula a lo largo del continuum: ‘Legrand (siglo XIX Victoriano)/ Tinelli (siglo XXI Cool).
El mayor problema de esta foto es la composición entendida como la distribución de las lineas y diagonales sobre el plano. Todo en ella se organiza en diagonales. Nacho mira al costado (nuevamente, en la vida, sin saber qué hacer) y sin expresión; Cande hace lo que sabe hacer a base de tatuajes; taparse. El fotografo se agacha y saca la foto desde abajo y hacia la izquierda buscando monumentalizar a la pareja pero esto tiene un costo y es el que ojo del espectador se posa necesariamente en el area central (e inferior) de ambos cuerpos. Para peor el foco de la luz de la calle hace resplandecer la superficie de la vereda detrás de ambos pares de piernas y es ahí donde radican los problemas más graves.
Nacho aparece feminidad a pura panza y cadera. Su cuerpo es cuadrado y algo femenino. Quiere meter sus manos en los bolsillos pero no puede porque el pantalón está demasiado ajustado. La combinación de la ‘redondez’ y la falta de bulto (genital) acentúa lo femenina de la situación que, a esta altura, resuena metonímicamente con la idea de ‘nene de la nona’. En otras palabras, desde el punto de vista visual, esta tapa levanta a Nacho solo para estrellarlo. Por su parte Cande Tinelli casi logra subir un escalón (al aparecer tapada y lejos del suicidio o el papelón inminente Locketeano) pero los pantalones rojos y las plataformas muestran lo deforme de sus piernas en X. Cande aparece (y es) trágicamente chueca y esto es algo que en alguien tan poco talentoso como Cande no puede pasar.
El otro problema radica, desde ya, en la historia en sí misma. Qué significa que ‘salen desde hace dos semanas’? Se conocieron hace dos semanas? Tuvieron la primera cita? o los representantes de las dos familias acordaron que el comienzo oficial de la relación es hace dos semanas? Pregunto esto porque como se llega de la primera cita al ‘visto bueno’ de la abuela en dos semanas? Esto plantea otra incompatibilidad: si es el romance del año y tiene el visto bueno de las familias, por qué no están de la mano? Digo esto porque el hecho de que ‘Hola!’ sepa que ‘Mirtha Legrand dio el visto bueno’ implica que alguna de las partes, antes o después de la fotos, lo informó. En ninguna foto hay contacto de ningún tipo. Esta pareja vive en diferentes planetas. Esto significa que la sorpresa de la foto es relativa. Si esto es así por qué se tapa Cande y por qué no mira a la cámara Nachito? En síntesis, como dije hace un par de dïas, los Legrand pierden por goleada en esta asociación y los Tinelli logran sacar, al menos por un rato, a Cande Tinelli del rol de ridiculez actualizada y se le blanquean los tatuajes, al menos por un rato, a pura bendición de la matriarca Legrand. J A T
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