Para aquellos que no estamos dentro del mundo de la moda el BAF Week aparece como algo enigmático. Si bien por un lado reclama cierto glamour, lo cierto es que es algo intermedio entre el tradeshow y una kermese de parroquia barrial. En Londres y Paris, las semanas de la moda son aquellas ocasiones en las que lo mejor de la moda, en tanto expresión creativa, es mostrada, promovida y discutida, no sólo a nivel de la industria sino a nivel de los medios. Uno podría decir que en las Fashion Weeks, la industria hace sinergia con los medios para potenciar esa suspension del descreimiento que toda industria del lujo debe tener. Es por eso que todo lo que ocurre entorno de ella (quien se sienta en la primera fila, cómo va vestida la gente a los desfiles, el backstage) son partes fundamentales de la gran discusión de la moda. Uso la palabra ‘sinergia’ porque como en las buenas fiestas, sólo ese elemento dificil de definir que muchos llaman ‘factor X’ hace la diferencia entre una fiesta increíble y un terrible bodrio. Es decir, el tipo de ropa con las que las modelos y hipsters de ocasión llegan a trabajar en la semana de la moda marca un aspecto de la tendencia que luego es reforzada a lo largo de la cadena de producción hasta llegar a la sastrería y la alta costura y todo está aceitado con ‘coolness’ y ‘fascinación’.
En la Argentina, la BAF Week parece ser algo así como la Feria del Libro en la que, en lugar de libros, tenemos a marcas con varios locales, pasando por el diseñador independiente con boutique a la calle, hasta creativos que, con ayuda de un mecenas como la empresa de cosméticos Natura o con el apoyo del programa La Ciudad de Moda, o curados por el Observatorio de Tendencias del INTI y la empresa textil Amesud suben a una pasarela. O dos estudiantes, como los ganadores del concurso Semillero UBA-BAFWeek, que son premiados con la puesta en escena que, según entiendo, es el permiso de tener sus diez minutos arriba de la pasarela y su lugar en la programación. Si hay apoyo oficial, la presencia de los estudiantes y los creativos debería ser mucho mas fuerte.
Sin embargo, cuando uno mira el programa con cierto detenimiento ve que, en realidad, la semana de la moda no funciona, como en el resto del mundo, con invitación sino que se financia de tres formas: sponsoreo privado, sponsoreo público y una entrada de $60 que, según la página web, ‘no garantiza el acceso a los desfiles’ (uno debe suponer que es porque muchos de esos asientos están ya reservados a los ‘VIPs’ o clientes de las ‘boutiques’). Es decir, la Bafweek funciona efectivamente como la feria del libro y en lugar de stands tiene aproximadamente 15 ‘showrooms’ donde la gente puede ver lo que empresas como Prüne tienen para ofrecer y que (y esto es lo alarmante) no tienen producción suficiente como para calificar para la pasarela. La pregunta es entonces: qué es lo que esta gente entiende por ‘moda’?
Una prueba de los efectos del poco dignificante cambio de manos del valor en la Argentina es el hecho de que el Martes 12, Ginebra, el local del Panda Albino Tinelliano, abrió la pasarela, seguida por Las Pepas (copiadora serial), Roma Renom, y otras más. La pauta del tráfico de influencias estuvo dado por el hecho de que por alguna razón, el único ‘diseñador’ que contó con sponsor fue: Mica Tinelli. El Citi fue, así, el auspiciante del desfile de shorts, remeras y saquitos berretas del Panda Tinelliano.
A no ser que estemos hablando de algún tipo de devolución de favores de la TV o, peor, que el Citi piense que el único desfile que va a tener cierta atención mediatica es el de la hija de Tinelli por ser la hija de Tinelli, es difīcil encontrarle el sentido a esto. Es obvio que el aparato de marketing funciona solo para algunos y, para peor, por todas las razones equivocadas. En tal sentido, merece destacarse el sentido común de ‘Paseo Alcorta’ quien auspicia ‘el Semillero UBA/Bafweek’ en el que dos estudiantes tienen la oportunidad de mostrar sus diseños. Bien ahí!
El diario La Nación, uno de los auspiciantes de la Bafweek uso algo que, en algún momento, se asemeja al castellano para referirse a las propuestas para el ‘verano 15’ (sic) diciendo lo siguiente: ‘Si de autores se trata, el verano 15 puede tener la firma de Lena Martorello (dupla integrada por Martinica Lena y Joan Martorello), y se puede transitar con túnicas, polleras, vestidos, pantalones, en algodón y gabardina teñidos artesanalmente, con trabajos de patch y con gusto a diseño, ideales para mujeres y hombres con personalidad que no quieren nada más que un vestido original. Invertir en un modelo de la casa tiene un plus: no tiene fecha de vencimiento, más allá de la que le ponga cada uno. Con identidad, también, las creaciones de Paula Ledesma, la reina de los tejidos de BAF (parte de distintos hilados que teje con maestría, y pone a punto un verano femenino, con hilos de seda y otros rústicos como protagonistas), de Urenko (de Nicolás Bertolo y Anita Nava, con construcciones geométricas y moldería oversize), Talitha (kaftanes, quimonos con estampas originalísimas con cangrejos y pulpos), Juana de Arco (de Mariana Cortes, diseñadora que se divierte con las estampas multicolor llevadas al diseño de autor ponible, reconocible sin mirar la etiqueta) y Kostüme (Emiliano Blanco y Camila Milessi, que juegan con el estilo retrofuturista, en tonos plenos, siempre identificables). O un Benito Fernández, que con el color y las estampas floridas y sus mezclas desprejuiciadas, muestra su humor’.
Pero volvamos a Mica Tinelli y su colección. La misma se compone de shorts o pantalones de muy mala confección con un saquito ‘tipo poniéndole onda’. Vale decir que ninguna de esas prendas puede ser usada por el oso panda albino ya que luciría como un Leberwurst o, en el mejor de los casos, como un pionono con mucha mayonesa chorreando por los costaods. Presentar esa miscelánea de remeritas, shorts y saquitos como una colección, da la pauta del nivel de educación formal de la familia Tinelli.
¿Cuáles son las grandes tendencias del verano 2015 según la BAF week? Qué se yó? Por un lado, los colores fuertes como naranja, coral, verde lima y amarillo. Por el otro, el blanco total (de la mano del Oso Panda). Luego tenemos las señoras de la bolsa que siempren indican ‘diseño de autor’ y finalmente los estampados florales en dos versiones: de la selva (tropicalia, con megaflores y papagayos) y las clásicas del jardín (románticas). Estas ultimas presentadas por…Falabella!. Es lo que hay pero esto no es fashion sino ropa. J A T
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