Hace cincuenta años, mi abuela materna desapareció. Le agarró amnesia, salió de la casa y nunca regresó. Mi mamá ocupó sus veintipico buscandola en manicomios, cárceles y morgues. Una vez que se cansó (y claro está, ella necesitaba creer en su propio heroismo), un cuerpo sin vida apareció. No sabemos ni nunca sabremos si la persona que esta en ese ataud es o no es mi abuela. Mi historia familiar carece del componente trágico de los desaparecidos Argentinos y tal es así, que no tengo a nadie a quien culpar ni a mi abuela se la puede considerar, en sentido estricto, una heroina. Ella simplemente desapareció. Sin embargo, esa imágen de mártir desaparecido hace unos días fue puesta en duda por mi mamá al decir que ella se tuvo que casar con mi papá porque en su familia lo importante era casarse y a ella ‘se le estaba pasando el tren’. Los comentarios en reuniones familiares eran más y más frecuentes y se vió en la obligación de hacerlo. A ella no le fue dada la opción de trabajar o casarse. Tenía que trabajar y casarse. No había opción.
Estos días, como ustedes saben, estoy hipnotizado por el griterío y sin sentido de TN Noticias. Me interesan dos cosas particularmente: cómo se articula el lugar de la mujer en el nuevo orden social argentino y el poder hacia adentro y hacia afuera de la television argentina, en su momento de menores costos de producción y calidad histórica. Respecto a esto ultimo, una de las periodistas en el piso se ha pasado los últimos tres días deleitandose perversamente por el hecho de que su colega hombre tuvo que ir al ‘gomón’ desde el que sorprendentemente, está trasmitiendo paso a paso (por si esto importara) la búsqueda del cuerpo de Melina, la chica que fuera violada, asesinada y tirada al contaminado rio en Tres de Febrero. Este juego de inversiones espejadas en forma de revancha ocurre metafórica y literalmente ya que tanto Melina (in absentia) como la periodista tienen su momento de revancha al revertir, la primera desde el más allá y la segunda desde el estudio de television, el orden de la misoginia social argentina. Esta suerte de inversion coincide con el reflejo en el agua putrefacta del ‘gomón’ con los morochos de la bonaerense y el mejor educado (pero no por eso más exitoso) periodista de TN.
Sin embargo, es la madre de Melina la que captó mi atención. No hay ni dolor ni shock en esa cara ni en esa voz. Tiene ese tipo de actitud de aquel que sabe que lo que pasó podía pasar pero cuya participación en el hecho no alcanza como para sentirse ni culpable ni víctima. Digo esto porque esta gente parece ser parte de una mecánica social muy terrible que tiene que ver con hacer que las nenas maduren rápido para traer el pan a la casa. Me refiero a las relaciones entre padres e hijos y como la necesidad económica termino rompiendo ese vinculo al punto de travestirlo. Sorprende que la desaparición de Melina haya sido denunciada por su madre tres días después de no volver a dormir en casa. Era algo habitual? Sorprende que Melina haya ido a bailar con shorts que le llegan a la ingle. Así se visten las chicas hoy en día? Una chica de diecisiete años saliendo sola a las tres de la mañana con tres tipos? Estoy diciendo que Melina se la buscó? No, necesariamente. Por el contrario, estoy diciendo que las condiciones estructurales de pobreza y falta de una figura paterna (y de la figura de la ley) crean las condiciones para que la perversion de algunos (de ambos lados) termine siendo autojustificada. Es como si la misoginia argentina se haya naturalizado a tal punto que aquellos que creen que pueden salirse con la suya encuentran en la ruptura del lazo social ese intersticio para hacer que el mal se perpetue. J A T
YA VIENE LA TERCERA PARTE DE LA PASTELA SOBRE EL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES. MIENTRAS TANTO PONETE AL DIA CON ‘THE PILL’
