Cristina llegó al Vaticano para entregarle al Papa (entre otras cosas) una remera de la Cámpora y hacer chistes varios. Por su parte, el Papa Francisco la soporta no solo porque ella todavía es Presidenta y le preocupe la estabilidad del país sino también porque Cristina es funcional a sus propios objetivos que, por esas paradojas del destino, coinciden, al menos parcialmente, con los de la mandataria argentina. Me refiero a la cruzada papal por conseguir que Estados Unidos y Europa regulen al capital financiero para hacerlo mas ecuánime. En otras palabras, nada de lo que pasó en Roma fue por que sí. Incluso el tono de la gradada fue deliberado para marcar un tipo de tolerancia y familiaridad de parte del Papa que puedo redundar en más capital para Cristina quien, sin dudas, usará el año próximo para hacer, decir y atacar a aquellos a los que el Sumo Pontifice, por obvias razones, no puede atacar. Ella hará el trabajo sucio del Papa, al menos, en ese frente. A cambio ella pide oxígeno político y el Papa está dispuesto a darselo. De otra forma no se puede entender tamaña escena de Camporismo degenerado en Santa Marta.
Sin embargo, exageraría su su optimismo si cree que esto le va alcanzar para ser reelegida y lo sabe. Sin embargo, también sabe que el mercado de pretendientes al cargo está totalmente fragmentado y tiene la inteligencia suficiente para saber que tiene más coincidencias con Macri que con el aparato Peronista que la busca para devolverle las humillaciones y desplantes de una década. Puede entenderse la invitación del Papa como una devolución a la reunion de Scioli con los gobernadores, entre ellos, De la Sota. Cristina sabe cómo no ser corrida del escenario y eso debe reconocersele.
Para esto la Presidente, como dije anteriormente en este blog, cerró un acuerdo con Mauricio Macri por el cual ella se compromete a fragmentar al peronismo al punto del balotaje a fin de permitirle a Macri imponerse en la segunda vuelta. A cambio quiere impunidad. Eso ya está garantizado. Sin embargo, para mantener el poder ella tiene que lograr dos cosas. Primero, imponer a Florencio Randazzo en la gobernación de Buenos Aires. Por esa razón ha venido llenándolo de recursos y dandole todo el respaldo politico. A Randazzo no le interesa la Jefatura de Gabinete, tal y como la piden los de la Campora. Esos son fuegos de artificio para levantar su perfil y hacer de él un líder quasi-nacional. No es tan fácil pero lo van a lograr y a Scioli no le queda otra. Por otra parte, Cristina va a encabezar la lista de Diputados y posiblemente colocar al Vicepresidente Peronista que saldría de La Cámpora. Caeteris Paribus estamos hablando de Kicillof o Augusto Costa! J A T
MIRA LA PASTELA
