Hace rato que no hablo de algo sobre lo que no tengo la menor idea que es el amor pero un amigo que vive acá en Londres, acaba de terminar una relación larga y ya comenzó otra en la que parece estar muy tranquilo. Con él uno nunca sabe si la tranquilidad es una decisión, una pose o el resultado de esa (al menos para mí) imposible relación que uno tiene con uno mismo. Sin embargo, por primera vez en mi vida no sentí envidia sino alegria. Tengo la impresión de que, a pesar de sus previas elecciones, el tratarse bien es algo natural para el.
La buena noticia es que dejé de tomar mis anti-depresivos. No quiero cantar victoria pero en los últimos dias de mi viaje a Argentina calculé mal mi medicación y me quedé sin ella a doce mil kilometros de mi médico. Al principio me deprimí, luego entré en pánico pero pronto la tristeza de la partida tapó el solipsismo de la ansiedad. Cuando me quise acordar ya había pasado una semana, había podido abrazar a mi mamá, hacer las paces con mi ciudad y me sentía como los dioses. La primera e inmediata consecuencia fue la recuperación, al menos parcial, de mi (desaparecida por casi dos años) libido. Mi primer reacción fue ir a depredar un lugar tan yermo para ese tipo de intifada como es Londres. Inmediatamente me di cuenta que todo ocurre por alguna razón y que mi nueva falta de vocación real por el sexo casual no era químico sino genuino. Se acabaron los tiempos del sexo furtivo y de engañar a quien uno ama solo para lastimarse. Vienen épocas de tratarse con cariño. Por supuesto cuando mi anorexia sentimental se termine oficialmente.
Sin embargo cómo logra tratarse con cariño un tipo que está construyendo permanentemente escenarios para dañarse y hace esto posiblemente por sentir tanta culpa por haber dejado a su madre tanto geografica como metaforicamente sin nietos. La pregunta que muchos de mis lectores históricos se harán es si extraño a Krishna? Para nada. Krishna, sin siquiera proponérselo pasó a representar lo peor de mi. Mi deseo de ser menos. Era una obsesión post-rehab. No más que eso. Cada vez estoy mas listo para enamorarme pero ni se cual es mi tipo de hombre. A esta altura de la vida puedo decir que tras tanto dolor, tanto recibido como dado, aun no sé lo que quiero pero sé lo que no quiero. Quiero no no poder dejar de engañar por una vez en mi vida. Ya comencé a rezar para ello. J A T
SUBSCRIBITE A LA PASTELA
