TEXTO ESCRITO POR JUSTICIA ESCULTURAL
Lo de Chaban es eso”nuestro nivel de vida anarquico”, tenemos una suerte de sadomasoquismo con el cumplimiento de las normas. Hace poco me vino a patotear un tipo cualquiera (el tipico cacho grasa porteño y prepotente de pito corto e inutil) porque le saque una foto a uno de los cientos de autos que campantemente se estacionan sobre una rampa para discapacitados. Tenemos un desprecio por la vida que tiene su punto de oscuridad en dos eventos historicos: la represion de 1976 al 83 donde todos fueron desde participes necesarios a testigos morbosos de una carniceria social, y la guerra de malvinas que mientras mandabamos una generación de jovenes a una guerra infame, el pueblo (el solidario) argentino miraba el partido del mundial 82 y luego les dio la espalda cuando los valientes sobrevivientes osaron volver al continente (segun estos cachos como con el que me cruze, sentados en sus comodos sillones berretas de plastico, opinaban que deberian morir en suelo malvinense).
El caso Cromagnon me pega muy de cerca porque estuvo mi hermano, el recuerdo del tema me trae solo una imagen que junta dolor pero reflexiones muchas que a veces prefiero dejar de lado. Yo miraba con desconfianza esas salidas de mi hermano, y y me habia habituado a esos lugares de mierda con baños llenos de merqueros, meo y hasta heces en el piso, a estar apretujado como un imbecil, era parte de una para cultura del sufrimiento para pertenecer a un “estar vivo” dentro de lo muerto de una sociedad que se aborto a si misma al no querer reconocer sus inferioridades y poder aprender de ellas.
Nos habituamos a vivir en una ruleta rusa, y ver los controloles como “gorra” “represion”, bla bla bla. El vivo es el que se rie de los controles y las leyes, pero vive en una casa cuidada por alarmas ADT y por las dudas dos perros bien fiero. Es el “vivo” que le enseña a la gilada que las normas son “gorra”.
Adivina quien gana con ese jueguito? donde todos somos blanco facil de la parca, porque los trenes siguen siendo trenes de juguete, los boliches siguen siendo ratoneras con una señal de salida escondida debajo de un cartel de cerveza quilmes, porque el futbol sigue autofagocitandose en un raro espectaculo donde ya no basta el resultado del partido sino la entrega de un sacrificio humano, como en los tiempos más preteritos.
Como bien referis, todavia siguen los controles laxos, la mentira de la supuesta persecución macrista contra centro culturales, si bien es cierto que macri odia la cultura popular, tampoco seamos ingenuos que un club de bochas se hagan recitales para doscientos o cuatrocientos tipos apiñados chupando cerveza y lo tildemos como algo “cultural”. (desde cuando es algo que transmira valores estar dado vuelta en la fiesta del indio ona, cuando lo unico que veo son toneladas de cerveza y un maniqui disfrazado de ona como para disimular un poco. (una excusa tan mundana como inventar un dia para festejar algo con tal de recibir un regalo, un placebo de trabajadores de corbata esclavizante, que no puede esquivarle a las garras del sistema y que en razon de esta sociedad mecanica se crean maquinaciones sinteticas parecidas a la cultura). Mezclamos cultura con entretenimiento, el resultado son kheyvs, cromagnon y beara.
Once pasara de ser ese numero (considerado maestro por los artifices de las magias) para ser 30 de diciembre y los muertos de TBA. Chaban murió, se exorciza por un instante el aire, pero en algun lugar de nuestro país hay una criatura que esta tomando la teta de una madre, y se prepara para sucederlo en una tragedia mayor. Las herramientas para su cometido las tiene: ignorancia e indiferencia sembradas en la adormecida Argentina.
MIRA LA PASTELITICA (RECIEN SALIDA)
