Hace un par de días un lector me mandó el siguiente link con una entrevista a nuestro querido ilustrador Liniers (HijoD) en el programa ‘Recuperando el aire’ en Radio Gráfica de Agosto de este mismo año.
En este programa se enfrenta a Liniers con los hacedores de la página ‘Interpretando a Liniers’ en la que se realiza una sátira de su tira ‘Macanudo’ usando los mismos personajes y lenguaje visual.
https://www.facebook.com/IntrepretandoALiniers
Como pueden ver en el resumen del feed que describe al link adjunto se dice que Liniers ‘los deja como giles y en el medio aparece Gustavo Sala y los remata’. Mas allá de quién deja como giles a quién, esta discusión es una ventana a la visión del mundo y de la responsabilidad civil de Liniers y también a su concepción del humor. Y más aún, nos permite relacionarlo con la reciente ofensa de Jesica Cirio quien calificó de ‘sinverguenza’ a Lilita Carrió por calificarla como ‘gato’ y a partir de dicha asociación sacar ciertas conclusiones sobre como lo público parece ser condicionado por una manipulación oportunista de lo privado.
Creo que en ambas discusiones lo que está en cuestión es un modo de civilidad, es decir, un modo de comportarse en sociedad. Por esto me refiero a la distinción entre ‘lo civilizado’ (o ‘macanudo’) y el exabrupto (o ‘bardero’). Esto significa que los términos de la ley (para los fines de esta discusión me refiero al mandato de ‘no injuriarás’) se manipulan de manera tal que las cosas dejar de poder ser llamadas por su nombre. Esta es la lógica del imperio de lo politicamente correcto pero llevado al punto de lo delictivo ya que si Liniers usa a su hija para que no lo critiquen está exponiendo a su familia y si la Cirio usa al caño frotado en su concha en lo de Tinelli para lograr votos para su marido, está corrompiendo los términos de la política. En otras palabras, el plantear que tiene vergüenza de tener una diputada como Carrió por el simple hecho de que Carrió haya dicho que ‘si seguimos así vamos a tener a un gato como Primera Dama’, sugiere una suspension del sentido común que no le hace bien a la democracia (ni a la vida, en general).
Creo que la prostitución es un trabajo más cuando sale de la necesidad y no incluye el tráfico de influencias y los pagos laterales. El problema de la prostitución encubierta es que desleal. En otras palabras, si pago y recibo concha está todo bien pero si se buscan votos o se consiguen favores a partir del sexo o la sugerencia del sexo la cuestión ya no es tan honesta como se plantea a primera vista. Qué decir de las extorsiones y demás? Por lo demás, el modo en el que Cirio articuló su calidad de ‘gato’ con una presencia mediática nos coloca en el centro de lo que es hoy la cultura argentina del entretenimiento en donde todo (incluso la moral y las buenas costumbres) parecen estar filtradas por la vanidad. El problema es cuando esta confusion entre la moral y lo incorrecto se usan como mecanismos de construcción de identidad e incluso de construcción de poder. Si es digno o no que Cirio sea gato está fuera de cuestión, lo que es inaudito es que sea Primera Dama o que sea políticamente relevante porque muestra la concha en televisión.
En el caso de Liniers esta suerte de ejercicio perverso de las ‘buenas costumbres’ son aplicadas al momento de definir qué es el humor. En el debate radial el tema que se pone en cuestión es la diferencia entre ironia y sarcasmo. Liniers hace una historieta con el nombre de sus hijos (Matilda) y luego se ofende (al punto de amenazar con acciones legales por parte de su mujer/abogada) porque la sátira ataca el modo en el que Liniers mismo se autopromociona. En otras palabras, en el momento que Liniers pone a su familia en la palestra y decide usarla de escudo, el responsable por la falta de civilidad es él y no sus satiristas. El mismo reconoce que en “Interpretando a Liniers’ hay un acuerdo tácito entre los lectores y los dibujantes del modo cómo debe ser interpretado el chiste (en tanto, ‘sarcasmo’). Ese tipo de acuerdo no es tan necesario en el tipo de humor generalista que representa Macanudo en La Nación sin embargo, y a pesar de esto, lo es ya que, en un momento de la entrevista, Liniers cuenta que el uso diferentes registros para diferentes tipos tiras cómicas para lo cual exige del espectador (o del critico) que se ponga en sus zapatos al momento de mirarlos e interpretarlos. Sin embargo, esto es pedirle demasiado al lector en el sentido de querer dirigir su lectura y hacia donde vuela su interpretación del humor. Hay algo autoritario en esto. Por dar un ejemplo, en Inglaterra, la BBC habla de la concha seca de la reina en horario central. Por qué Liniers debería estar excluido de cualquier tipo de discusión?
Sin embargo, lo que me parece particularmente relevante es el modo en el que Liniers entiende la vida que yo creo que es a través de tres ejes: ‘tradición, familia y propiedad’. Digo esto porque él tiene el autobombo y la maquinaria publicitaria del diario en el que su papá es síndico, al punto de haber conseguido la tapa del suplemento del domingo y de haber también logrado que se borre todo tipo de comentario negativo por parte de los lectores que deberían contar, tras haber comprado el diario, con pleno derecho a decir lo que les parece del producto en el que invirtieron su dinero. Tiene a su mujer abogada que erróneamente califica de ‘calumnias e injurias’ el humor de ‘Interpretando a Liniers’. Para colma usa su nombre de familia por si el de Siri no bastase y para peor usa a su hija como escudo contra toda sátira o crítica porque él es un ‘padre de familia’ y las chicas son menores de edad. Bueno, si querés preservarlas, no lucres con su nombre. Punto y aparte. J A T
YA LLEGA LA NUEVA PASTELITICA. MIENTRAS TANTO MIRA LA DE ESTA SEMANA
