TEXTO ESCRITO POR MARCOS LOPEZ CON EL TITULO ‘ASESINATO POR LA ESPALDA DEL PIROMANIACO’
Los demás, somos una pandilla de bandidos rurales replicantes, que vamos a la temporada de Broadway a ver como hacen las escenografías, vamos a copiar las modas de las vidrieras de París, sacamos fotos haciéndonos los boludos con el iphone, y luego replicamos los modelos para la temporada siguiente en los talleres clandestinos con mano de obra semi esclavizada en los sótanos del Bajo Flores.
Así somos. Creo que porque nos faltó el cariño y los abrazos de nuestras abuelas inmigrantes.
La cuestión es que la visita en La Boca, a 15 cuadras de mi casa, del
incendiario-polvorita chino CAI GUO-QUIANG, me hizo mover las
entanterías. Me dieron ganas de ser como él, triunfar como él, incendiar
como él. Asumirme como copión. Salir del closet. Ir a fondo en el
problema para sacarme las ganas y hacerlo público al mismo tiempo.
Gracias a Cai Guo-Quiang me conecté con el pueblo de mi infancia, una vez que fue a cantar Sandro, y mi madre y todas las otras señoras, se meaban en los calzones de excitación a tres metros del escenario abajo de un tinglado en una cancha de Basquet. Los padres se emborrachaban y las madres cantaban todas las canciones de Sandro.
Dame Fuego.Dame dame Fuego. Dame el Fuego de tu amor. Yo tenía 6 o 7 años. Me encantaba Sandro. Quería ser Sandro como ahora quiero ser Cai Guo-Quiang.
El polvorita del Riachuelo.
Por eso inventé, el personaje del piromaníaco asesinado por la espalda en un bar de pueblo. Dejé que la mano vaya sola hacia la esencia del conflicto. Lo bueno de dibujar y sacar fotos prendiendo fósforos 3 patitos es que uno no piensa. Va solo hacia el conflicto como un religioso haitano en trance.
También -gracias a Cai Guo-Quiang- decidí dejar definitivamente el POP LATINO y dedicarme de lleno al arte conceptual.
