Madonna ha sido durante décadas la reina indiscutida del pop en los medios de comunicación. Con la radio, como punto de partida; rápidamente supo usar los medios gráficos y la televisión para consolidar un nombre que pronto devino una marca. Poco después se transformó en una suerte de Juana de Arco de la generación MTV y así ayudó a definir el concepto del video clip como modo de promoción y distribución de la music de mi generación.
Luego, con el advenimiento de internet y, en un principio, ella pareció saber aprovechar las nuevas posibilidades cuando, por ejemplo, en su famoso webcast del año 2000 desde la Brixton Academy en Londres rompió records de conectividad online cuando la mayoría de los fans ni siquiera habían llegado podido conectarse. En el 2003, con su America Life y mientras sus fans bajaban ‘ilegalmente’ el album via Napster, Madonna subió un album pirata intitulado: “What the fuck do you think you’re doing?”. Es como que Madonna siempre estaba un paso adelante en materia de marketing y manejo de medios.
Sin embargo, ocho años atrás con la aparición de los social media, Madonna se quedó atrás. Su rechazo inicial a participar de este nuevo medio fue sorprendente e increíble. Uno no paraba de preguntarse qué bueno sería tener a Madonna como una participante activa de Twitter? Fue así que un día de 2012, Madonna creó su cuenta de Twitter. Al año siguiente, hizo lo propio en Instagram. Puede decirse que algunos updates publicados por ella han sido geniales como, por ejemplo, cuando en Mayo del 2013 publicó una foto vestida para ir a la Gala Punk del Met pasando la aspiradora en su baño con el titulo ‘Tareas domésticas antes del Met’. Sin embargo, estos momentos fueron excepcionales y poco a poco fue perdiendo contacto con los social media y con las nuevas generaciones.
Ahora, con un nuevo album a punto de ser lanzado, sus cuentas de social media de Madonna están llenas de hashtags y aburren. Es como si por esta incapacidad, el sofisticado modo de auto-promocionarse, perfeccionado durante tres décadas de carrera, hubiera llegado a su fin y la hubiera puesto en evidencia como una ‘vieja patética’.
Hace poco se quiso hacer la pendeja diciendo en Twitter que ella es una ‘ratchet’ (un término que usan los adolescentes en el mundo anglosajón de manera equivalente a nuestro viejo ‘estar sacado’ o ‘estar al palo’). El problema es que lo escribió mal. Es como si le estuviera preguntando estas cosas a sus hijos y ni siquiera se tuviera el trabajo de aprenderlas bien. Esta Madonna aburrida de sí misma? Luego también escribió mal el nombre de Avicii, el joven productor de su nuevo disco. Estos intentos fracasados de estar al nivel de las nuevas generaciones, evidenciaron que, a los 56, Madonna está vieja y esto es algo que la generación a la que quiere seducir no se lo perdona. O estas in o estas out?
Recientemente, captó nuevamente la atención de la prensa cuando antes de Navidad mas de 20 demos de su nuevo album, Rebel Heart, fueron hackeados y filtrados online. Los mismos eran demos sin terminar y, para peor, el lanzamiento de Rebel Heart ni siquiera había sido anunciado. El problema fue cuando Madonna decidido usar Twitter para decir que lo que le habían hecho había sido ‘equivalente a una violación o un acto de terrorismo’. Hasta sus fans comenzaron a criticarla por decir semejante pavada. Unos días después, y para significar esos daños ‘morales’ que había sufrido con el hackeo, aquel icono del pop que había podido provocar a los medios durante décadas siendo divertida, inteligente y agresiva, subió a Instagram una foto de su Ipod roto como un ‘símbolo de su corazón roto’. El problema con esto es que, por primera vez en su vida, Madonna asumía el rol de víctima y ese es el único rol que no le va.
En fin de semana pasado, Madonna metió aún más la pata al publicar en Instragam y Twitter fotos de ‘rebel heart’ en las que amatambra (como en la tapa de su disco) con straps las caras de Jesus, Dalí, Marilyn Monroe, Lady Gaga, Homero Simpson y Miley Cyrus. Por si esta mezcla no fuera suficientemente problemática, el viernes pasado, durante ocho minutos, Madonna comenzó a subir imágenes de Nelson Mandela, Bob Marley y Martin Luther King, tambien amatambrados como lo está ella en la tapa de su nuevo disco. A esa altura los social media ya se empezaron a cansar y preguntarse: ‘Quién se cree que es esta vieja pelotuda?’.
En el contexto de los incidentes de Ferguson, la manipulación marketinera de la imágen de Luther King no sólo aparece como oportunista sino como potencialmente racista. El debate sobre los limites de la apropiación cultural comenzó, así, a aparecer y hacerse evidente. Sin embargo, y creo que este es el mayor problema, estos faux pas de Madonna no generaron enojo sino desdén. Es como si los social media unánimemente hubieran dicho: ‘Y qué vamos a hacer…Madonna está vieja!’.
Queda claro que Madonna sigue tratando de shockear y trata de hacerlo mediante los social media. Sin embargo, mientras anteriormente los que quedaban como estúpidos eran aquellos de los que ella se reía, ahora la hacen quedar a ella como una tonta. Mientras en Papa Don’t Preach y Like a Prayer, Madonna sabía perfectamente lo que hacía para controlar los medios para sus fines, ahora, con los social media, Madonna no sabe cómo no quedar en evidencia como una control freak a la que se le pasó el cuarto de hora. J A T
MIRA LA PASTELITICA
