Mi post de ayer respecto de que los servicios británicos aseguran que fue el General Milani quien mandó matar a Nisman parece ser confirmado por lo también sugerido tanto por la Fiscal Fein como por Joaquín Morales Solá el pasado domingo, al decir:
‘Párrafo aparte merecen ya los exámenes toxicológicos. Han pasado más de tres semanas sin que se conozcan los resultados. Ningún resultados, ni los preliminares ni los definitivos. En las últimas horas se anunció que la semana próxima se harán públicos esos datos. La semana próxima coincide con la marcha de los fiscales y tal vez hasta coincida con el día de la manifestación. ¿No estarán preparando los que llevan en la práctica la investigación (Policía Federal, Prefectura, Gendarmería) una noticia escandalosa? Las versiones se acumulan y todas se originan en las oficinas el Gobierno.’
Al mismo tiempo, el sábado pasado se conoció también, después de la segunda y definitiva prueba, que en las manos de Nisman no había huellas de pólvora ni de plomo. Según expertos en balística, ese resultado es casi imposible en un suicida que disparó un arma. La pistola, dicen, libera un cartucho y un gas después del disparo y ese gas empapa la mano. Es cierto que los rastros son más o menos intensos de acuerdo con el calibre del arma, pero siempre hay rastros, afirman. Tampoco encontraron en la pistola restos de ADN de su dueño, Diego Lagomarsino, a pesar de que éste dijo públicamente que manipuló el arma varias veces delante de Nisman, pocas horas antes de su muerte, para enseñarle cómo manejarla. Lagomarsino contó también que en su casa maniobró con la pistola mientras juntaba las distintas partes del arma. Es imposible, afirman los expertos, que el ADN de Nisman haya borrado el de Lagomarsino; en todo caso, los dos datos genéticos se habrían mezclado y provocado, tal vez, cierta confusión en los investigadores. Nada de eso sucedió. Simplemente, desapareció el ADN de Lagomarsino. Todo esto, desde ya, refuerza la hipótesis del asesinato del que quedan cada vez menos dudas.
Sin embargo, otro dato brindado por esas fuentes es que la verdadera razón del relevamiento de Francisco Larcher fue que no habría obedecido la orden de la Casa Rosada de ‘solucionar el tema de Bonadío’ (sic). Según mis fuentes en UK, enterada Cristina de que el Juez Bonadío avanzaría con la causa contra Cristina Kirchner por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, ordenó, por intermedio de Secretaria General de Presidencia que el ex Jefe de Stiusso, Francisco Larcher ‘solucionara el tema’ (sic). El diálogo entre Presidencia y Larcher habría sido el siguiente:
Presidencia: La Presidenta quiere que soluciones el tema de Bonadío.
Larcher: Qué significa eso?
Presidencia: Vos sabés…solucionalo!
Larcher: No, no sé. Cómo querés que lo solucione?
Presidencia: No sé. Vos tenés que saber eso.
Larcher: No, no sé.
De más está decir que Larcher no hizo nada. Por negarse a ‘asesinar’ (?) a Bonadío pasó de ser una de las personas de mayor confianza de Nestor Kirchner a ser expulsado del gobierno de Cristina? De este modo, Cristina habría enviado un mensaje hacia dentro del gobierno (Inteligencia incluida) dejando bien en claro que ella estaba dispuesta a matar si eso era necesario. Es por esto que Milani puede haberse sentido autorizado para proceder con el asesinato. J A T
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