La relevancia de este blog viene en alza ya que la realidad politica parece tener que ser analizada cada vez más desde un punto de vista estético. Si bien la Argentina parecía haber quedado afuera de esta moda iniciada por Isis y sus decapitaciones en negro y naranja Hermès, el asadito quasi-Hannibal Lecter hecho ayer a la madrugada frente al edificio Le Parc nos permite hacer toda una serie de consideraciones respecto de la estetización de la política.
De más está decir que la aparición de un cadáver calcinado frente a la escena del asesinato de más alto perfil de la política argentina de los últimos veinte años es un paso de ballet en una muy sofisticada danza en la que la vieja SIDE le está dando un lección de poder a una, más bien amateur, Cristina Kirchner. Dicho de otro modo, si bien ‘la imputada’ ha venido tratando de disimular la cuestión, casi como si no hubiera pasado, la vieja y deshilachada SIDE comienza una danza macabra pero muy eficiente reavivando todas las preguntas que Cristina parece negarse a responder. La aparición de ese cadáver equivale a decirle a la Presidente: ‘No querés hablar de ese muerto? A ver qué pasa con este otro’.
Además dos semanas después de los decepcionantes fuegos artificiales de Cai Guo-Qiang en la Fundación PROA, la SIDE le da a su ex-jefe un espectàculo piromániaco de una exquisitez sorprendente. En primer lugar, el hecho de que el cuerpo fue quemado pero ya estaba inerte da la pauta de que ya había venido muerto y hasta a media cocción.
En segundo lugar, el hecho de que la seguridad de la zona parece no justificar los altos precios por metro cuadrado. En tercer lugar, una vez que los medicos forenses fueron al lugar no solo dejaron la escena del ‘crimen’ descuidada sino que ni se molestaron en tirar sus cuatro guantes sanitarios a la basura.
Por ultimo, el ‘movilero’ de TN, quien estuvo en el lugar desde las seis de la mañana, fue el unico que se quedó custodiando la escena. Esto ultimo ma pareció profundamente poético ya que la policía al llamar la atención de la prensa y no brindar ningún tipo de protección forense hizo que dicho episodio se constituyera en una alegoría del traspaso del poder efectivo de la Presidencia al Grupo Clarín (en la figura del trasnochado -que además estaba bien bueno- ‘notero’ de TN).
Desde un punto de vista de la mecánica de la alegoría, ese tempieto italianizante de Edesur hace las veces de un oráculo en el que se ofrecen sacrificios humanos para que los dioses cambien el rumbo de la historia. La Argentina se está poniendo peculiarmente interesante y, tal vez, inteligente. Por fín! J A T
