TEXTO ESCRITO POR MILDRED DEL RIO
Soy gran consumidora de museos, he tenido la suerte de viajar y ver museos del mundo y también de haber visto nuestros museos en otra época. Ha visto el progresivo deterioro de la red de museos porteños, pero lo que vi en la visita que te detallo fue el colmo.
La web del museo esta extremadamente desactualizada, cosa que ocurre con tantos otros por lo que es habitual que las visitas no existan o estén en otros horarios, que la info sea errónea y otros sinsabores, casi de rutina. Pero en este caso me encontré con una zona devastada, sin ningún visitante, cosa que tiene lógica si ves el estado tan sólo de la entrada, sin personal idóneo (sólo con un señor desparramado en su silla diciendo “son 5 pesos” y “yo no sé nada” y una persona de seguridad descansando en el parque).
El parque del lugar en un basural, en gran parte ocupado por tráilers de los equipos del “museo viajero”. Una organización que aparentemente pertenece a la gestión cultural de la ciudad ya que su contacto es el museo y maneja el teatro contiguo, tiene tirado su material sobre las paredes del museo, las imágenes son tan tristes que mejor deberías juzgarlas vos mismo.
Aclaro que no se trata de la parte que está refacción! Si así fuera, más allá de cerrar una ala para la concreción del mantenimiento o lo que se hubiera licitado (que es lo que se hace en una gestión seria, permitiendo que otras salas funcionen, mientras se va rotando la obra para no cerrar el lugar, además de poner los datos de la licitación, tiempos de la refacción, zonas clausuradas, etc) el museo está abierto! Si, en este lamentable estado lo dan por abierto, exponen sin pudor su decadencia.
En las fotos podrás observar: la increíble suciedad y rotura de los carteles que reciben a los visitantes, las telas de araña ya obscenas en las esculturas, los montones de escombros y hojas apiladas en los interiores y el parque, la putrefacción del estanque, los acoplados estacionados en un parque histórico sucio y descuidado, los autos estacionados en cualquier lado, las baldosas rotas y los pozos, los tachos de basura tirados, los escombros sobre la fachada, la entrada principal cruzada con un banco y con excremento de animales acumulado de mucho tiempo (y sin carteles que indiquen por donde se entra), los canteros llenos de yuyos y abandonados, y más lamentables etcéteras.
Esto que vas a ver no es en un lugar cerrado al público (tampoco sería justificativo) sino en un museo de la ciudad. Tenemos el patrimonio y los recursos para tener museos y galerías que sean nuestro orgullo.
MIRA LA PASTELA SOBRE EL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES
