Todo literalmente pegado con chinches como si la obra no tuviera la relevancia suficiente como para ser enmarcada. Si un lugar famoso por lavar guita ni se preocupa en gastar en marcos es porque estamos en una situación de pobreza importante. De todos modos, la relación visual entre las sabanas colgadas con chinches de Dragosch y los papeles con cocaína de Maria Santi transforman la muestra en una alegoria de la industria del lavado de dinero en todos los estadios de su producción.

El fenómeno del puto pobre que circula en el mundo del arte es interesante y preocupa. El otro fenomeno, muy porteño, es el morocho segundo cordón con zapatillas fluo. Muy pero muy porteño.

Si no se le ven las zapatillas, el morocho es casi normal. Sigo sin entender esta moda del running profesionalizado.

El vestido ese se lo hizo en el taxi camino a la muestra. Hasta aca se pueden ver las costuras. Ademas, no entiendo ellook.
MIRA LA PASTELA CARETA
