Una de las (no tan) sorpresas de la televisión argentina ha sido el que tras sus exabruptos y acosos sexuales varios a sus compañeros de trabajo, Robertito Funes Ugarte no sólo no haya sido echado de C5N sino, más bien, promovido. En esta oportunidad, el inefable payaso generacional de Robertito entrevista a Esmeralda Mitre, quien abre el diálogo confesando no interesarle ganar un Oscar ya que ‘los premios no son lo que deja huella ya que lo que deja huella es lo que uno hace’. De este modo, Esme pone en evidencia que su interés está en su legado. Después de todo, ella es una Mitre, carajo!
Al momento de hablar de su relación con la moda, Esmeralda parece remarcar su lado frívolo con un cambio en el tono de voz que deviene, retóricamente sensual, y la ayuda a describir todas sus prendas compuestas de horrendo calzado, un body negro y lo que parece ser un kimono de Benito Fernandez con estampado floreado. A esa altura se suma a la partida, la ‘especialista’ en modas Lulu Biaus, quien debería tapar esas macetas que tiene por piernas pero, por pervención al espectador, no lo hace. Su ‘look’, según confienas, está inspirado por su abuela y supone ser ecléctico. Es un vestido con estampados Versacescos rosa Dior de mal corte y calidad, sobre el cual, tiene una campera con tachas de aún peor calidad. La campera está colgada sobre sus hombros remarcando la estructura cuadrada de su cuerpo que, a esta altura, es una heladera de dos puertas. Es, al abrirse el plano que se puede ver el cinturón de Robertito, colgando por debajo de saco, en clara analogía a su pene y esto, si se tienen en cuenta los antecedentes, es un mensaje cifrado (y obviamente no correspondido) a algún camarógrafo o alguien que lo está viendo. En materia de moda, todo, inclusive Esmeralda aparece como una real y absoluta fantochada.
Luego Funes Ugarte pregunta a Lulu en lo que, al menos a primera vista, pareciera ser castellano: ‘Qué no puede olvidarse una mujer en su atuendo?’. Lulu, quien no se puede mover tanto por su inseguridad personal (debido a lo inversamente proporcional de lo que pregona y lo que el espectador puede ver ya que su tamaño y porte hacen que constantemente sea la refutación viva de todo lo que enuncia) como por esa campera que colocada sobre los hombres amenaza con caerse, responde: ‘principalmente, estar super conforme y cómoda porque eso se nota en la cara y por mas que ese look sea increíble, se le nota en la cara’. Es decir, la pregunta apuntaba a una prenda y Lulu, quien se supone que trabaja de esto, responde con otra pregunta. Pero algo me dice que a Lulu la cabeza no le da para más de lo que se ve. El problema es que ya se le nota el cansancio, la gordura y los años. Hay algo triste en la mirada de esa chica.
Sin solución de continuidad, Robertito pregunta si el atuendo que él lleva ‘es elegante’. Lulu, que no puede ocultar su incomodidad física y su inseguridad, en relación con una Mitre, dice que ‘bien’ pero ‘demasiado excéntrico’. Allí, Esmeralda ve una oportunidad para no seguir parada como un poste e interviene diciendo que Robertito está ‘muy chic’. A esta altura no hay que olvidarse que Esmeralda se casó con Dario Lopérfido. Por supuesto, Esmeralda, a esta altura (Gracias a Dios!) se empieza a tomar todo en joda pero uno comienza a preguntarse qué mierda está haciendo ahi? Es Esmeralda una narcisista sin cura. Es todo culpa de Blanca Isabel Alvarez de Toledo quien no supiera incentivar el sentido de omnipotencia de Esmeralda-bebé en los momentos que debía sentir (desde la cuna) que el mundo era suyo?
A partir de aquí, la entrevista se vuelve más insoportable pero en esa banalidad, Esmeralda deja emerger algunas burbujas de sus propios traumas familiares. De hecho, cuando Lulu es invitada a definirse como elegante ella dice que ella no es ‘elegante’ sino ‘trendy’ ya que para ella elegante tiene que ver con ‘menos es más’ y ella es ‘más es más’, en el sentido que decide recargarse para parecer una suerte de ‘simbolo del fashion’. A esta altura, uno se pregunta si todo esto no es, sin siquiera saberlo, una tocada de culo por parte de Esmeralda Mitre a su madrastra Nequi Galotti que, dicho sea de paso, también trabaja (con su hijo) en ese canal.
Es allí cuando la dueña de la casa de ropa en donde se vistió Lulu Biaus es invitada a sumarse. Su nombre es Maria Li y, de inmediato, provoca una ruptura epistomologica en el dialogo ya que si Esmeralda ocupa ese lugar a base de apellido y tradicion, Maria Li representa lo que Lulu Biaus quiere ser pero no es. La ‘self made woman’. Su presencia es, tambien, prueba de los cambios productivos acaecidos en los últimos años en la Argentina ya que los chinos no solo han acaparado el Nacional Buenos Aires y los mini-mercados sino también la moda de baja calidad, supongo, porque tienen acceso más directo a telas importadas de baja calidad y precio. Al momento de hablar, la china Li no tiene esa languidez ‘conchetosa’ del acento de Esmeralda (que la hace aristocratizan pero improductiva) ni ese acento cansino, que es más bien la adaptación del modo de hablar californiano de Lauren en la serie The Hills) que una inmigrante de San Antonio de Areco al barrio de Once, como Lulu Biaus, obviamente esta tratando de imitar. Lo cierto es que al momento de aparecer la china, ocurre algo similar a lo que me llamó la atención en mi ultimo viaje a Buenos Aires. De las tres, ella aparece en control de la situación. Hasta habla mejor castellano. Ella es la dueña de la ropa, la que mejor se mueve y esto ocurre porque ella es la única que sabe por qué está ahí. Mientras Esmeralda no termina de hacerse (ni hablar de responder) esa pregunta, que, a esta altura, debería hacerse; la china ya está facturando. Una maravillosa alegoria de la nueva Argentina. Es por esto que tras casi 9 minutos de haber tratado de lograr algun tipo de definición por parte de la bloggera Biaus, la china Li sentencia: ‘la elegancia no tiene que ver con la ropa sino con la actitud. Con el estar relajado’. Si bien uno entiende a qué se refiere, hay una sutil (y fundamental) diferencia entre ‘estar relajado’ y ‘ser non challant’. Sin embargo, al momento de preguntarle, la China responde. Es la única. El resto siguen pajeándose en cámara.
Es ese el momento en el que una especie de Ceferino Namuncurá, que hace las veces de barman, les alcanza tres tragos idénticos, frutales y con pajita. Una terrible grasada ya que estamos en un estudio y no en exteriores. Sin embargo, la llegada del alcohol coincide con la siguiente y reveladora pregunta de Robertito, con cuya respuesta, Esmeralda nos da acceso a su psiquis. La pregunta es: ‘Qué mujer ha sido tu mayor influencia en materia de moda?’ Esmeralda, por supuesto, hace mención a su madre, Blanca Isabel, quien fuera musa de Pierre Cardin en la década del setenta y luego abriera un local de importación de grandes diseños y alta costura, en la época en la que la Argentina, seguía prometiendo. Sin embargo, en cuestión de segundos, Esmeralda nombra a Eugenio Zanetti con quien está ensayando su próxima obra de teatro conjuntamente con Elena Triteck. La obra en cuestión es ‘Señorita Julia’ de Strindberg en la que Esmeralda no tiene que actuar porque es, mas o menos, la historia de su vida. Más especificamente, la historia de su matrimonio con Darío Lopérfido.
La obra se trata de una joven aristócrata que trata de escaparse de su grupo social para vivir una vida plena. En la noche de San Juan de 1874 en el estado de Count en Suecia, la joven noble Julia, que intenta escapar de una existencia llena de costumbres sociales y pasar un buen rato, decide ir a bailar a la fiesta de los sirvientes, donde seduce a un lacayo llamado Juan (Darío Lopérfido?). Esa noche Juan y Julia consuman su amor, algo que resulta dramático para Julia, quien ve mancillada su posición social, al haberse relacionado con un criado. Juan la convence diciéndole que la única manera de escapar de su apuro es el suicidio. Es ir al programa de Robertito mientras se ensaya esta obra un modo de suicidio? Para quién es actriz Esmeralda, para ella misma o para su padre, Bartolome? Digo esto porque la acción de la obra tiene lugar en la cocina del señorío del padre de Julia; donde la novia de Juan, una sirvienta llamada Christina, cocina y a veces duerme mientras Juan y la señorita Julia hablan. La lucha de clases y el poder están muy presentes en la obra. Julia ejerce poder sobre Juan, porque es de una clase social más alta, sin embargo, Juan tiene el poder sobre esta, porque es un hombre. El conde, el padre de la señorita Julia (un personaje que no aparece en escena… Bartolomé Mitre?), ejerce el poder sobre ambos personajes porque es un hombre noble, el patrón de Juan y el padre de la señorita Julia. Hace unos días SAMO hacia mención a los vínculos entre La Nación, Nequi Galotti y C5N. Es este episodio otro momento más de la vida de la Señorita Julia/Esmeralda Mitre? Digo esto porque segundos después de hacer mención a la obra, hace referencia al casamiento de su mamá con Nicolás García Uriburu, como la union de dos almas rebeldes y glamorosas. Vale recordar que Nicolas Garcia Uriburu, en ese momento, estaba en el closet. Está Darío ocupando el rol de Nicolás en ese patrón de conductas que una, más conflictuada de lo aparente, Esmeralda Mitre quiere exorcizar? Just a thought.
MIRA LA PASTELA DEDICADA A ERNESTO BALLESTEROS
