En nuestra exploración del arte contemporáneo brasileño hemos venido haciendo especial énfasis en aquellas manifestaciones artísticas que se caracterizan por expresar visualmente una inversión de lo bajo (entendido como lo ‘popular’) por sobre lo alto (entendido como lo ‘culto’). Si bien, como hemos dicho antes, esto tiene que ver con transformar al arte en una alegoría (o continuación) del contexto socio-económico de ‘colorida pobreza’ en el que estas obras se insertan, hay tambien allí un reclamo de apertura y mayor participación a un circuito del arte que es percibido como elitista y cerrado.
En Brasil, el precursor de este tipo de arte ‘participacionista’ fue Helio Oticica quien, a fines de los sesenta, transformó al Museo de Arte Moderno de San Pablo en una continuación del morro. Simultáneamente, en la Argentina, el conceptualismo generado entorno del Instituto Di Tella planteo modos de participación política (Tucumán Arde) y Pop (los ‘happening’ de Martha Minujín) durante 1968.
Fue ese el año en el que nace en Rio, Eli Sudbrack, quien, luego, se recibe en 1992 en el Bellas Artes de su ciudad natal para terminar sus estudios en New York en el NY’s International Center for Photography. All, en el 2001 colabora con Christophe Hamaide Pierson con quien comienza a realizar instalaciones y performances carnavalescas que tienen demasiado en común con los happenings del Di Tella. El nombre del colectivo que forma Sudbrack & co es avaf (assume vivid astro focus).
Los ‘eventos’ de ‘avaf’ encuentran su fuente de valor artístico en el rechazo a las categorías y los límites entre las disciplinas artísticas. En ellas hay fashion, música, diseño de interiores, ambientación, etc. Los temas abordados siempre tienen que ver con variables políticas, principalmente, vinculadas con lo ‘politicamente correcto’. Dicho de otro modo, los eventos de ‘avaf’ son una representación visual que, a primera vista parece subversiva pero en el fondo es profundamente conservadora.
Este es otro de los casos difíciles de caracterizar como brasileños ya que si bien su creador nació en Brasil, practicametne todo su desarrollo profesional ocurrió en los Estados Unidos. Sin ir más lejos, su primer muestra fue en el 2003 en Deitch Projects. Luego, en el 2004, Sudbrack decidió usar máscaras para disimular su identidad (dado que ‘avaf’ es un colectivo artístico). Esto ocurrió, por primera vez con motivo de una instalación en la Colección De la Cruz en Miami.
Lo que en principio comenzó como un modo de borrar su identidad en busca de cierto ‘colectivismo’ o ‘socialismo’ (en Deitch Projects de NYC?) pronto se extendió a los visitantes a los que se hace usar máscaras para incluirlos en la obra. Si bien este tipo de inciativas plantean como antecedente directo a Helio Oticica y sus ‘parangolés’ yo creo que le roban a mano armada a la Menesunda de Minujīn y Santantonín, al tiempo que confirman todos los cliches que el Primer Mundo ha formulado sobre el eroticismo festivalesco de America Latina. Las ‘Conchetinas’ y Daniela Luna en Argentina han querido copiar ‘avaf’ pero sin el apoyo económico ni el éxito que alcanzaran los brasileños. J A T
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