TEXTO ESCRITO POR MAJO
Mi historia con el sexo comenzó con mi novio a los 15. Entre los 20 y los 23 viví una etapa algo descontrolada donde transaba con uno, tenía oral con otro y concretaba con otro en una noche. El punto es que sumaba flacos y flacos, la mayoría ni me respetaba.
Todo terminó cuando a los 25 salí a cenar un par de veces con un amigo de mi familia, yo conocía a su mamá y el podía ser mi viejo. La segunda salida me llevó a su depto pero no me pareció raro ya que conocía la casa de su mamá. Ahí no solamente me violó sino que también me lastimó (terminé llena de marcas y ensangrentada).
Dicen que cada uno tiene su método de defensa o quizás autodestrucción, el mío es subir de peso pero me fui al doble de mi peso en poco tiempo. Encontré un excelente terapeuta y entendí que esa es mi forma de alejar a los hombres cuando me lastiman o me siento lastimada. Cuando descubrí todo eso bajé todo el peso, me operé y quedé perfecta pero el año pasado por motivos clínicos y emocionales también subí (aunque muchísimo menos).
Para ser sincera no quiero hombres cerca ni tampoco sexo, quizás porque para mi el placer está asociado a lo estético y ahora eso es difícil. El punto es que a veces tengo ganas pero quizás no tengo la energía fisíca ni emocional para involucrarme con otro cuerpo ni tolero los comentarios “con 12 kilos menos estarías divina” porque yo jamás miro eso en otros. Dije muchas tonterías pero hace un tiempo los empecé a leer y sentí que acá puede ser yo misma.
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