La foto de Rodrigo Díaz, ex de Ricardo Fort, merece un breve análisis ya que, en mi humilde opinión cristaliza el vaciamiento de algo de por sí vacío como lo es el narcisismo. Digo esto porque en la foto, mi tocayo se enorgullece de una erección, en principio, motivada por su propia imágen o por la imaginada reacción del espectador frente a la imágen. Ese tipo de erección, dicho sea de paso, es el tipo de erección que se consigue con Viagra. Ni muy arriba ni muy blanda. Sólida, en ángulo recto, casi como el que la logra no la sintiera.
En mi ultimo viaje a Argentina vi a este muchacho pasearse por los programas de ‘chimentos’ lleno de orgullo por haber decidido inyectarse esteroides y por tener un monstruoso nuevo novio que inexplicablemente habita un departamento en Puerto Madero. El departamento en cuestión era un duplex y, según entiendo. es este que vemos aquí. Obviamente, Rodrigo se quedó con el monstruo y supongo que el departamento se financia con alguna tipo de crimen organizado de limitado nivel de valentia.
Varias cosas llaman la atención. La primera es como es imposible para el espectador posar su mirada en algún lado ya que el protagonista de la foto no lo mira al espectador sino que se mira a sí mismo. El pene está tapado y torpemente superpuesto a un contenedor de proteinas que, seguramente, Rodrigo acaba de usar en el gimnasio. La televisión está prendida y el control remoto está dispuesto de manera tal que el espectador es tentado a pasar de largo la oferta inicial y sentarse a mirar el partido. Los muebles de la casa no están a la altura del edificio en cuestión y lo tatuajes que tiene nuestro protagonista dan cuenta del pasado narcótico del mismo.
Sin embargo, algo que recuerda a Narciso es la proliferación de superficies espejadas en las que los objetos de deseo parecen reflejarse solo para transformarse en irrelevantes. El cuerpo en cuestión está arrugado a la altura del torso posiblemente por el uso de una faja para levantar más peso en el gimnasio. Al no mirar al espectador, Rodrigo Diaz hace que el espectador pierda interés antes de encontrarlo. El resto de las superficies espejadas son baratas y esconden más que revelan.
En mi curso de junio vamos a analizar al Narciso de Caravaggio (1595-1600) ahora en la Galeria de Arte Antiguo en el Palacio Barberini en Roma. Como sabemos en la mitología griega, Narciso (en griego, Νάρκισσος) era un joven andrógino muy hermoso. Tanto las ninfas como los hombres se enamoraban instaneamente de el pero él rechazaba a todos por igual. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Por tanto, era incapaz de hablarle a Narciso por su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: «¡Ven!». Después de responder: «Ven», Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que sólo quedó su voz.
Para castigar a Narciso por su engreimiento, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo
honor al nombre y la memoria de Narciso. En el cuadro de Caravaggio, Narciso arquea su cuerpo apoyando sus brazos como haciendo un push up. El efecto de los brazos reflejados en el agua forman un ‘circulo vicioso’ del que Narciso no se puede escapar. Algo de esto hay en la foto de Rodrigo Diaz. Sin embargo, no quedan ni las ninfas, ni el bosque, ni el Eco, ni la flor. Lo que queda es una television perdida y la necesidad de tomar más droga y más proteínas para seguir sin hacer contacto con nadie. J A T
MIRA LA PASTELITICA RED CARPET REPORT DESDE EL GHERKIN
