COMO USTEDES SABEN, LES PEDIMOS A AQUELLOS ARTISTAS QUE ESTUVIERAN INTERESADOS EN CURSAR EL SUPERINTENSIVO DEL 6 Y 7 DE JUNIO, QUE HICIERAN UN BREVE ANÁLISIS VISUAL DE ‘LA CENA EN EMMAUS’ DE CARAVAGGIO Y QUE NOS MUESTREN SU OBRA. ESTO ES LO QUE TIENE PARA DECIR Y MOSTRAR MARIA COLL:
Se podría abordar el análisis de la Cena de Emaús de Caravaggio desde varios lados, prefiero ir por donde me lleva el ojo… Entro a la imagen desde el extremo derecho, la mano del discípulo Santiago me invita a entrar. Paseo mi mirada por las zonas claras estratégicamente colocadas; la luz viene de arriba, como un foco de teatro levemente dirigido hacia la derecha, y baña el borde de la mesa más cercana a nosotros, los alimentos, la concha blanca sobre el pecho de Santiago, vestido de peregrino. La luz ilumina el paño sobre el hombro de Jesús, la mitad derecha de su cabeza. Su frente es como un faro en el centro de la composición. Está representado como un joven sin barba, algo andrógino, quien extiende su mano hacia nosotros. Pero no nos mira, tiene una actitud introspectiva, y algo triste. Ha resucitado, pero podemos imaginarnos que la pasión y muerte deben dejar su huella, aun en él que es Dios, pero también hombre.
Nuestra mirada sigue rodeando en círculo, se pasea por el fondo oscuro y en contraste con las sombras fantasmagóricas sobre la pared. El hombre de pie también tiene luz en su brazo derecho y en el paño blanco sobre su cabeza. Parece no tener conciencia de lo que está sucediendo. Luego vemos a Cleofas, sorprendido, que se levanta de la silla doblando el codo hacia nosotros. El codo parece tener un remiendo descosido. Todo el tiempo la pintura nos invita a entrar y quedarnos, rodeando la mesa, percibiendo cada detalle. Quiere que formemos parte, que sintamos empatía por esos hombres del pueblo, que recibamos a Jesús resucitado. ..
De pronto reparamos en la cesta de frutas en el borde de la mesa, está casi a punto de caerse, y tenemos el impulso de querer colocarla en el centro de la mesa, y evitar que se caiga. La fragilidad de la vida, la realidad de la muerte, el sueño de la vida eterna, todo eso en una pintura del 1600 que aún nos sigue hablando.
ESTA ES LA OBRA DE MARIA COLL:
