SANTIAGO BENGOLEA Y UNA AMIGA DE SU GENERACION
Cynthia hila bien fino al decir:
‘No, el único sentido no es el económico. Es la visualización de la obra del artista (y cuando me refería al azar, lo decía en el sentido de quedar o no seleccionado, obviamente hay amiguismo, pero también hay un porcentaje de talento). Esto es muy fácil de saberlo, fijate el jurado y si alguna vez curó algo y a quien invitóa, y con quien estuvo en pareja también.
Los jurados en su 90% eligen a gente que conocen, además de su trabajo. Volvemos a lo mismo, e insisto en esto, independientemente que el mundo del arte argentino contemporáneo sea un nido de víboras, hay que pelearla desde ahí.
Lo mismo pasa con la crítica, un ejemplo, Ana María Batisttozzi siempre hace reseñas de la galería de Eleonora Molina, ¿porque?, porque fue su asistente durante muchos años y supongo, en parte, le está en deuda. Otro, Clarín tiene algo “pautado” con Jorge Mara, que ¡oh casuaidad! siempre salen reseñas el mismo día que inaugura, o sea, el día sábado. Todos saben a quien tirarle un mango para que escriban, por ejemplo a MPB, la llaman “sobrecito”. A Arteaga la llenan de regalos y le dan cosas gratis, como comidas en el Faena, para que pueda llevar a sus contactos, etc.
Esto es un ciclo de chupamedias, por supuesto, algunos trabajan profesionalmente.
Si querés “intervenir” en el MAMba, muchos de los que por ahí pasaron le regalaron previamente obra a Santiago Bengolea, una loca mala que se atreve llamarse curador, pero todos lo persiguen por un lugar que no vale mucho la pena, seamos honestos, se mueren muchos por estar ahí.
Cada uno tiene la libertad de hacer lo que quiere, también tengo la posibilidad de criticar eso, así me interese o no participar de ese nido. Fíjense que lugar de visibidad le dan al arte argentino más actual y después me cuentan (a nivel institucional)’.
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