Anonimo flexiona musculo y lo muestra para nuestra adoración. Amo a Anonimo(s):
‘Dado que yo hice el comentario sobre Rauchenberg, quiero seguir la reflexión… Sí, es cierto, pinturas monocromáticas son una tradición visual dentro de la pintura, y también es cierto que la reflexión sobre la no-representación puede tener otros puntos de orígenes como Malevich o vanguardias históricas… Ahi estamos de acuerdo, pero creo que es necesario volver a subrayar la superficialidad crítica del gesto de la obra de Ariel Mora que fue mostrada en el post anterior donde aparece mi comentario original…
“No le quita mérito a Ariel Mora” (cito de su respuesta)… qué exactamente cree usted que le da mérito? (yo prefiero en términos críticos hablar de ‘relevancia,’ al menos estética, porque creo que lo meritorio va de sí, que alguien se dedique al arte ya me resulta meritorio, pero esa no puede ser la fundamentación de mi perspectiva crítica… no apliquemos lo axiomas de lo que aqui siempre se llama “mafia del amor”).
Yo creo que la obra sin titular, la referencia ambigua a la tradición rupturista de la no-representación, y el gesto, no constituyen un contexto que de relevancia o permita siquiera poner esta obra en esa tradición, por el solo hecho de que vemos una superficie blanca encuadrada… En cuanto a los materiales, estoy de acuerdo que es una diferencia sustancial, pero nuevamente si se trata de una ‘actualización’ (en los mas puros términos hegelianos) o re edición del gesto de rauchenberg, es decir, en 50s. la pintura es blanca porque se rechaza un modo de representación realista mimético, la ilusión de realidad que la pintura podía crear, y también se pone en cuestion de ese modo el status mismo de la pintura misma… en 2010s. el gesto de Mora qué nos dice? Hablar de una crisis de los materiales estéticos dado que no usa pintura sino vinilo y cinta reflexiva, me parece una obviedad… Me lo pregunto en serio, qué es lo que esta obra produce, evoca, hace pensar a un espectador? A qué experiencia estética me lleva? con qué intenta sostener mi atención? Realmente creo que ninguna que no haya tenido antes o de forma mas radical y sensible… por lo tanto solo veo iteración. Realmente, Sra de Gagosian, usted se siente compelida por esta obra? La hace pensar en la “nada” ? Usted parece intuir en esta obra una alegoría frente al “mundo de polución visual”, lo cual si es cierto, al menos para mí sería una indicación de que estamos frente a una, al menos emergente, relevancia… La cita de autoridad que nos propone es la exhibición -y ha habido muchas en los últimos años, seguramente hay una ansiedad curatorial frente a la explosión de circulación de imágenes vernaculares, pero este es otro tema- del Schirn Kunsthalle en Frankfurt que explora una tradición anti-representacional y anti-objetual desde el conceptualismo de los 60s en adelante… Me permito decir que esta cita me hace recordar a un pasaje de un cuento de Borges, nada menos que “El aleph,” donde el narrador tiene esta punzante frase frente a su escritor-rival, y que se aplica taaaanto de lo que se intenta justificar críticamente en la crítica de arte de hoy, no solo de argentina:
“En su escritura habían colaborado la aplicación, la resignación y el azar; las virtudes que Daneri les atribuía eran posteriores. Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable; naturalmente, este ulterior trabajo modificaba la obra para él, pero no para otros.”
Es decir, y me permito acentuar nuevamente mi idea anterior… Elaboraciones posteriores puede haber infinitas y todo depende de la imaginación del crítico en que tradiciones queremos ver inmerso a la ‘obra’ de Moya, pero no dejo de pensar que esto no modifica mi experiencia de esa obra/gesto y que no constituye una experiencia relevante… Me parece un gesto vacío – es decir, nihilista, no crítico, una cita o repetición que, oh sorpresa! esto es dificil de hacer, no produce diferencia alguna; vinilo y cinta retractiva, madera y vidrio, no alcanzan a producir esa diferencia, son materiales distintos, pero incluso diría que degradan el gesto de ruptura de rauchenberg, malevich, etc… y como dije tambien anteriormente, si de eso se trata la obra, de satirizar e ironizar sobre la tradición del conceptualismo, es banalidad… por banal entiendo la definición del diccionario: tan pobre en originalidad que se vuelve aburrido. Una obra así no produce una experiencia… es la prueba misma de la reificación de la experiencia estética, pero por ultima vez insisto, es no es una virtud de la obra, por que no me/nos permite nada por fuera de esa experiencia reificada, ni siquiera creo que aquí hay una conciencia de esa experiencia reificada… solo segun la sra. gagosian, una alegoría -ella habla de ‘respuesta’ casi suponiendo que la obra resulta de una interpelación ética del mundo, algo que habla de sus buenas intenciones pero no de la obra en sí, pero el mundo al que refiere no es el universo ético que a duras penas habitamos, sino ‘el mundo de la polución visual’!!
Si mal no recuerdo, este tema fue objeto de multiples propuestas de política de planificación urbana, tratando de regular el mercado publicitario en la ciudad de Buenos Aires… esa esfera me parece mucho mas adecuada como modo de intervención, que colgar un cuadro ‘blanco’ en una galería’
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