ESCRITO POR LAUCHA
Me gusta Starbucks, pero todo es demasaido yankee y pesado. Justamente el café argentino es chiquito, medio miserable, pero rico. Y te podés tomar más de uno. Y la idea es que da derecho a estar hasta una hora en una mesa.
No es rápido. El café se toma para verse, si verse, con otro. Es contrario a la idea “fast”. El café argentino no es un ambiente “fast” sino “slow”. “Donde aprendía filosofía, dardos, timba y la poesía cruel de no pensar mas en ti.”. Es como una extensión del hogar. Es el hogar con los amigos, los cariños. Así es la Biela, pese a los turistas. Es casi un club sin derecho de admisión, más que la amistad.
Que se haya implantado Starbucks es una desgracia cultural. Pero creo que hay una sector descerebrado que lo compra, como a McDonald´s o Burger King. Qué se yo. También están los cafés argentos tipo Starbucks, pero anteriores a Starbucks: Martínez; Nucha.
La cajera de Nucha de la plaza Vicente López -que es la autoridad ahí- es una conchuda, maleducada, grosera, desagradable, h. de p. y la gente va, y compra, y la tolera, y te atienden para el orto. Así es. En Martínez una mano le pide permiso a la otra para cada moviemiento. Los mozos/as no miran a la mesa. Siempre están viendo otra cosa.
ESCRITO POR LAUCHA
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