El lector Oro llevando la discusión un escalón mas arriba:
‘Quizás lo que mas duele es que la mujer que hace el strip se mueve con decisión. Es difícil decir, desde afuera de la pantalla, qué proporción hay allí de alienación, de borrachera, de autosacrificio o de seducción; es claramente alguien que necesita ayuda, aún sin que – en el momento de la filmación al menos – pueda ella misma registrarlo.
Sobre la calificación de no-lugar: creo que en el momento del acto y por las relaciones que se dan entre los pasajeros, dejó de serlo: es un lugar – horroroso, pero lugar – donde progresa un encuentro. No son mas “personas en tránsito” como define Augé, ahora se miran. Son humanos en una ceremonia límite que no toleramos, pero real y situada. Se han apropiado de la escena, la única violación es la de la cámara (que se queda “afuera” y no ayuda ni deja de filmar), y todos los demás están de acuerdo, mal que nos pese.
Quienes sufrieron situaciones de violencia han asistido a episodios como este, incluso con sangre y muerte. In situ es el horror, pero existen. Los argentinos estamos conociendo lo que en otros lugares y tiempos – muchos otros – ya sucedió y sigue sucediendo; esto era una zona protegida, hasta… ¿cuando? ¿1966? ¿1969? ¿1976?. La red social argentina está destruida, pero los humanos siguen ahí, en blanco y negro’
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